El acogimiento familiar no está exento de la crisis. En un momento en el que hay más niños residiendo en instituciones que nunca, ya se están dando casos de familias de acogida que no pueden mantener su compromiso solidario con el menor. Simplemente, no pueden. Si unimos las precariedades económicas familiares tan extendidas por la crisis a unos menores que, por lo general, requieren habitualmente de atenciones especiales, tenemos un callejón sin salida…