El amor como la verdadera fuerza que mueve la realidad. Los personajes descubren esta dinámica en medio de circunstancias sumamente dolorosas: cuanto más fallan los cálculos humanos, más fácil es descubrir el verdadero valor y sentido de la vida.
La cuestión de la acogida y de la paternidad, que encarna Joe, está hermosamente tratada en la película. Joe no es un mero educador o cuidador concienciado. Hace algo más: comparte su destino con los niños. Los niños no son su “ocupación” profesional, son su vocación, la forma concreta en la que Dios está presente en su vida.
El verdadero Joe Bradford ha publicado un libro autobiográfico, A Walk of Love, y junto a su esposa Denise está al frente de la asociación sin ánimo de lucro de Nashville, Elijah’s Heart, que ha ayudado ya a miles de niños y sus familias en Estados Unidos. El matrimonio Bradford comenzó dándole un caramelo a una niña sorda del barrio. Al rato había quince niños en la puerta de su casa pidiendo caramelos. Eran niños que no tenían nada y casi nadie se ocupaba de ellos. La respuesta a esta simpática situación fue el comienzo de esta gran obra que ahora se conoce en toda Norteamérica.
Juan Orellana