El miércoles 10 de Octubre algunos miembros de la asociación aquí en España respondimos a una invitación de nuestros amigos italianos para participar en la audiencia con el Papa con ocasión del 30º aniversario de Famiglie per l’Accoglienza, como agradecimiento a lo que de ellos hemos aprendido.
«En su audiencia, Benedicto XVI nos decía: “el Cristianismo en su esencia consiste en la fe en Dios y en el encuentro con Cristo, que orienta y guía la vida. Lo más importante hoy es que se vea , de nuevo, con claridad, que Dios está presente, nos mira, nos responde y que, por el contrario, cuando falta la fe en Él, cae lo que es esencial porque el hombre pierde su dignidad”.
Estas palabras se hicieron realidad en nuestro encuentro con el Papa, con nuestros amigos italianos y en la convivencia entre nosotros esos días. El Señor se hizo presente. Fue precioso ver cómo vivíamos la gracia de una unidad que no nos dábamos nosotros. Incluso entre nuestros hijos (en el grupo había dos chicas adolescentes y tres niños pequeños), era una gozada ver cómo las dos chicas echaban una mano con los pequeños y se unían a las propuestas que los adultos les hacíamos. Fue emocionante ver en la plaza de San Pedro que, cuando nombraban a algún grupo español presente, las chicas se adherían a estos grupos desconocidos y los ovacionaban, pero cuando se nombró en italiano a Familias para la Acogida, todos (incluso nuestros hijas adolescentes) saltamos a saludar al Papa junto con los italianos conscientes de que nuestra experiencia no tiene fronteras sino que pasa por nuestra pertenencia a la asociación aquí en España, mirando a su origen en Italia».
Por último, y como signo de predilección hacia nosotros y nuestra asociación tuvimos la gracia de que el Papa bendijera y besara a uno de nuestros niños discapacitados con una ceguera total y un daño cerebral importante. Sin habernos propuesto que esto se diera uno de los mayordomos que están cerca del Papa se fijó en este niño y se interesó por él al verlo en primera fila por ser minusválido. Ya finalizada la audiencia y cuando el Papa salía en su jeep saludando a todos los que estaban cerca, este señor se ofreció a coger al niño y ofrecérselo al Papa. La cara de felicidad del niño (cierto de que algo buenísimo estaba sucediendo) y la mirada y el abrazo amorosos del Papa hacía el niño, no pueden menos que remitirnos al modo en que el Señor ya nos ha mirado y nos ha abrazado. Estamos agradecidos a este camino de acogimiento que nos ha cambiado la vida. Sentimos este abrazo como nuestro y como signo predilección que el Señor tiene hacia nosotros. No podemos menos que dar gracias y pedirLe que nos siga sosteniendo a través de esta compañía .”
Elizabeth Delamer.
«Para mí la visita a Italia ha estado marcada por la relación con las familas con las que hemos ido. Lo primero, lo impactante que resulta para mí el acogimiento o adopción de un niño con discapacidad, que para mí hoy por hoy sería imposible, claramente choca con mi propio límite. Sin embargo ver la belleza de estas familias, ver la normalidad con la que hablan de su día a día, y ver como la discapacidad de sus hijos no les limita en nada, para mí ha sido algo muy bonito. Esos niños para ellos son un más. Una de estas familias vinieron con su hija biologica de 17 años que, en plena adolescencia (con lo que conlleva eso), cuidaba conmovedoramente de su hermano pequeño, ¡qué atención permanente tenía hacia él!. Me conmovía ver la naturalidad de estas dos familias, por que al fín y al cabo son una familia más, como el resto. Son un espectáculo para todo el que se fije un poco.
Por otra parte, en cuanto a la recepción del Papa, destaco sobre todo toda la gente que nos reunimos de Familias para la Acogida. Para mí fue muy impactante ver la cantidad de familias que estábamos allí reunidas y cómo, sin tener el mismo idioma, sin conocernos, había algo más grande entre todos nosotros, me sentí unido a ellos sabiendo que caminábamos juntos ellos en Italia y nosotros en España, pero caminábamos de la mano por el mismo camino.
Por último, decir que de este viaje a Italia lo que me llevo es que en este camino que comenzamos ya hace tiempo estamos muy acompañados. Sólo hace falta levantar la vista y mirar con atención para descubrir rostros que te acompañan a cada paso que das. El Señor está en esos rostros».Rafael Nieto.