Profesor Lazhar

(publicado en www.paginasdigital.es) 

El argumento se desarrolla en un colegio de Quebec en el que acaba de suceder una tragedia: una maestra, Martine, se ha ahorcado en su propia aula mientras sus alumnos estaban en el patio. Los alumnos y profesores están traumatizados por el acontecimiento cuando aparece Bachir Lazhar, un argelino que llega para sustituir a Martine. Pero el profesor Lazhar también lleva a las espaldas la muerte de sus seres queridos.

La cinta aborda de forma entrelazada dos grandes cuestiones: la crítica a un sistema educativo que sólo instruye y no educa; y la experiencia del duelo y sus implicaciones. Por un lado Lazhar llega a un ambiente cultural y pedagógico en el que los niños son falsamente protegidos de la realidad. Así, Lazhar descubre que no puede hablar con ellos de lo que realmente les preocupa, que no puede ni siquiera tocarles -ni para abrazarles ni para darles una colleja- y que tampoco debe intentar elevar demasiado su nivel cultural. Lazhar va a tratar de obedecer las normas, pero cada vez le va a ser más difícil ser políticamente correcto. Y es que él entiende más que nadie a los niños porque Lahzar también está pasando por su duelo personal: ha perdido a su esposa en circunstancias trágicas.

La película es deliberadamente abierta, todas las tramas quedan abiertas, y en ese sentido es más expositiva que conclusiva. Sin embargo, sí hay un plano final de un abrazo que entronca claramente con otras películas abiertas pero de propuestas antropológicas claras: Babel, de Iñárritu o Crash de Haggis. Ante un sistema educativo contaminado de frío cientifismo pedagógico, el film propone la urgencia de un encuentro humano, de un «abrazo» en el que acoges y eres acogido con todo tu dolor.

Juan Orellana.